*Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo
*Máster en Métodos y Técnicas para la Investigación Histórica, Artística y Geográfica; especialidad en Historia del Arte por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED

*Doctoranda en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo

lunes, 8 de abril de 2013

El arte por.. ¿el arte?

Con este título sacado de la crítica kantiana pretendo volver a replantear este gran debate que ha tenido lugar a lo largo de toda la historia del arte, y que en esta época contemporánea ha sido un referente fundamental para los planteamientos de la estética posmoderna.

¿Realmente todo vale? ¿Todo lo que se etiqueta como "arte" se merece esa denominación?. Yo formo parte de ese grupo de historiadores del arte que no se cree todo lo que le presentan en un museo. Hemos llegado a un punto en el que hemos de aceptar todo tipo de atrocidades si éstas están bajo el amparo de una institución con fines expositivos.

Este pasado fin de semana tuve la oportunidad de visitar el MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León). Allí, me encontré con "obras de arte", o lo que es lo mismo, objetos y experimentos que nada tienen que ver con una voluntad artística, o la Kunstwollen que yo tanto defiendo.

Un ejemplo de esto es el proyecto de Lara Almarcegui, Parque fluvial abandonado. 



No dudo de la intención de Lara Almarcegui para la realización de este trabajo, incluso entendería este proyecto si se presentara como Land Art, pero sin embargo, no puedo encontrar una coherencia artística a esta obra, por lo que no comprendo que pueda calificarse como obra de arte. No hay trasfondo estético, ni técnica artística, ni búsqueda de la belleza y tampoco de ningún otro ideal.

Puede que el mundo del arte y la crítica se haya relajado demasiado y que no sólo el arte se haya democratizado, sino también los artistas. No todo vale, ni en el arte, ni en ningún otro aspecto de nuestra vida. Nuestra capacidad crítica es lo único que nos diferencia del resto de animales, por lo que aliento a todo el mundo a entrenarlo, y no hablo sólo de los que nos dedicamos al arte, sino de todo espectador que acude a una exposición artística sin ninguna base teórica.



2 comentarios:

  1. Muy buena reflexión. Creo que la crítica de arte murió con Clement Greenberg. .De todo este amaguestu que es actualmente el arte contemporáneo, vanguardia o emergente, el mayor problema es que el arte acaba pareciéndose demasiado a la realidad, quiero decir que esto son montones de grava, arena y piedras, si lo sacas del MUSAC y lo pones en la calle nadie se preguntará si es una obra de arte, simplemente preguntaran cuando empiezan las obras. Lo mismo ocurre con la obra de los simpáticos y millonarios Damien Hirst y Jeff Khoon, el tiburón de Hirsth lo pones en un museo de ciencias y es un tiburón en formol, lo pones en Sotheby´s y es un tiburón en formol pero lo pones en la subasta de Sotheby´s Evening contemporary art sale New York y lo titulas The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living, y la gente entra en trance. Lo mismo con Koons que su Michael Jackson and Bubbles en la casa de Saatchi es una obra de arte y en casa de mi abuela una figura hortera comprada en los chinos. En fin, enhorabuena por tu blog, espero leer mucho y bueno en tu página.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Ángel, no sabes cuanto me alegra que una persona con tanto saber como tú rechace todo este mercantilismo de "arte", lo que para mí es un insulto hacia nuestra profesión. Espero que te sigan gustando mis entradas.

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